El propósito de Argentina Photo Workshops es ofrecer viajes fotográficos únicos y para lograrlo contamos con la experiencia de fotógrafos profesionales locales que dedican su vida a distintas ramas de la fotografía de viajes. Una de estas es el retrato étnico y la documentación.
Nos interesa fotografiar tanto a los pueblo originarios, cómo a los gauchos y toda la humanidad que conforma la cultura argentina, buscando explorar las raíces más genuinas de este país, su verdadera alma. A través de estas imágenes no solo tenemos un registro histórico importante, sino también la posibilidad de concientizar el público y los fotógrafos que participan en estas actividades, evidenciando la belleza de la diversidad y la necesidad de conservar estas antiguas culturas.
En este artículo nos vamos a enfocar en la figura del Gaucho, para conocer en detalle uno de los símbolos de la Argentina. Una figura ligada a la tierra y a los animales, que encontramos en buena parte del país, bajo diferentes condiciones climáticas y culturales.
¿Cuál es el significado de la palabra “Gaucho”?
La palabra «Gaucho» deriva del Quechua (Pueblo Originario) “Huachu” que significa: sin padres. Este término fue utilizado en la región del Rio de la Plata (Argentina y Uruguay) y hasta en el sur de Brasil, para designar a los jinetes de la región dedicados al arreo de ganado salvaje (cimarrón).
Orígenes
Mezcla de Europeos y pueblos originarios. Probablemente los primeros gauchos fueron personas marginadas que rompieron con los preceptos de la sociedad y se marcharon a la soledad de La Pampa, donde abundaba el ganado salvaje, el pasto, el agua y por sobre todo eran libres de vagar por los campos.
Antiguamente eran hombres libres, nómades, mestizos o con algunas cuentas pendientes con la ley. Trabajaban realizando tareas de campo, moviéndose de rancho en rancho. Los ranchos son casas rústicas, con paredes de adobe (barro mezclado con paja) y techo de paja.
Excelentes jinetes, se ocupaban de arrear el ganado, la yerra y otras tareas rurales.
Gauchos argentinos
El Gaucho tuvo un papel importante en la lucha por la independencia Argentina y en la mayoría de los conflictos que llevaron a forjar la nación, por ello son muy respetados.
Ser gaucho es sobre todo una filosofía de vida, ser solidario, amigo, compañero, trabajador, siempre diestro en las tareas camperas.
“Hacer una Gauchada”, es la mejor frase para definir a un gaucho. Esto refiere a ayudar desinteresadamente, al amigo, al vecino y hasta a desconocidos, solidarios y generosos ante todo.
Gauchos - © National Geographic
Vestimenta del Gaucho
La vestimenta originaria del gaucho comprende: calzones blancos, botas de potro, chiripa, camisa, pañuelo al cuello, faja, bombacha de campo, boina, cinturón tirador, poncho y sombrero, al que acompaña lazos, boleadoras (dependiendo la región) y facones.
Inseparable de su caballo y sus accesorios: el rebenque, las espuelas, los estribos y la montura.
Facón: el arma del gaucho
El gaucho anda armado del cuchillo que ha heredado de los españoles: facón.
Para el gaucho, el cuchillo es mucho más que un arma: es un instrumento que le sirve para todas sus ocupaciones diarias y no puede vivir sin él.
El facón se lleva enganchado en la faja por detrás detrás de la cintura, en la zona lumbar. En ocasiones festivas se usa una faja y sobre ella un cinturón llamado “tirador” ornado de monedas con una hebilla o rastra fabricada con metales preciosos (oro y plata).
Costumbres y tradiciones
En las pausas del trabajo, el gaucho toma mate amargo y come carne asada a las brasas, el famoso Asado!! Entre sus comidas más típicas también están las empanadas, el locro, el guiso y los pastelitos de dulce de membrillo o batata.
También son expertos guitarristas, payadores y bailarines. Sus danzas más frecuentes son el “Pericón” y el “Malambo”, que hoy son danzas típicas argentinas.
La Taba
El juego de Taba tiene orígenes antiguos, que remontan a las civilizaciones indoeuropeas. Llega a Argentina de la mano de los conquistadores españoles.
Se construía con uno de los huesos que forman el tarso de los animales vacunos. Este hueso posee una cara cóncava con forma de S (llamada «carne» o «suerte», y otra plana llamada «culo»). Para evitar los deterioros consiguientes al uso, y mejorar sus líneas, se le aplicaban unas planchas de metal recortado, en las que generalmente se grababan las iniciales del propietario.
La «cancha» es un terreno despejado, de varios metros de largo, y se lo cortaba con dos líneas, que definen el espacio que debía recorrer la Taba antes de tocar tierra. Se lanza al suelo a modo de dados. Si al «clavarse» la «suerte» quedaba hacia arriba, ganaba el tirador, pero si caía mostrando el “culo» ganaban los contrarios.
En algunos de esos juegos se realizaban apuestas, y a veces, grandes cantidades de dinero.
La taba, como juego de azar, existía ya en la Antigua Grecia. Hacen de testimonio numerosos objetos y esculturas en mármol de la época que representan personas divirtiéndose con la taba.
El Gauchito Gil: auténtico folklore
El Gauchito Gil es una figura folklórico-religiosa, objeto de grande devoción popular en la Argentina.
Aún circulan distintas versiones, la origen del mito reside en la figura de Antonio Plutarco Cruz Mamerto Gil Núñez, representado generalmente con las típica vestimenta gaucha.
El Gauchito Gil amaba los bailes y las fiestas y tenía un excelente manejo del facón. Su mirada hipnótica era temible para los enemigos y fulminante para las mujeres.
Fue un peón rural, que sufrió los horrores de pelear en una guerra entre hermanos (la Guerra de la Triple Alianza), y que luego fue reclutado para formar parte de las milicias que luchaban contra los federales.
La leyenda cuenta que Ñandeyara, el dios guaraní, se le apareció en los sueños y le dijo: “no quieras derramar sangre de tus semejantes”. El Gauchito no lo dudó más y desertó del Ejército.
Una verdadera alma rebelde, amado y protegido por el pueblo.
Tanta es la devoción al “Gauchito Gil” que se ha construido un santuario, en un emplazamiento cercano al lugar de su muerte (ubicada a unos 8 kilómetros de la ciudad de Mercedes), que recibe a cientos de miles de peregrinos cada año.
El culto del Gauchito Gil se ha extendido desde Corrientes hacia el resto del país, observándose a lo largo des rutas, muchos santuarios “rojos” en su honor.
Los gauchos en la literatura
Alrededor de los gauchos, se forma la literatura gauchesca. Un subgénero de la literatura latinoamericana que intenta recrear el lenguaje del gaucho y contar su forma de pensar y de vivir.
El gaucho cómo protagonista de cuentos e historias en espacios abiertos en la naturaleza, como La Pampa argentina. Un relato de la vida campesina y sus costumbres.
El Gaucho Martín Fierro
«El Gaucho Martín Fierro» es una de las obras literarias más importantes del género gauchesco, escrita por el poeta argentino José Hernández en 1872. Al que se suma una continuación, titulada «La Vuelta de Martín Fierro», escrita en 1879.
En estas obras, el gaucho dejaba de ser un hombre «fuera de la ley» para convertirse en héroe nacional. El libro ha sido editado en cientos de ediciones y traducido a más de 70 idiomas.
Don Segundo Sombra
Otra obra importante de la literatura gauchesca es «Don Segundo Sombra», publicada por primera vez en 1926. Una novela rural argentina de Ricardo Güiraldes, escritor de San Antonio de Areco.
A diferencia del Martin Fierro, Don Segundo Sombra no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario («sombra»).
El Gaucho, personaje mestizo, hábil jinete, valiente, libre, fiel, justo y sobre todo dispuesto a hacer Gauchadas, es una de las identidades que define al Ser Argentino.
Si alguien te dice «Gaucho», te está elogiando, ponte orgulloso !!